Capítulo 781 Ella no me ha convencido
Bernardo se dirigió poco después hacia la barra de bebidas y se consiguió una copa de champaña para acabársela de un solo trago. De hecho, él había comprendido la situación al instante cuando Daniel mencionó el nombre de Alexánder y a pesar de que eran hermanos, sentía lástima por Elizabeth porque, desde su perspectiva, aparentaba como si Alexánder la hubiera engañado con otra señorita después de que se fuera por tres meses. Después de todo, ella tuvo a muchos admiradores detrás y se pudo haber conformado con cualquiera, pero ella lo prefirió a él; ese pensamiento provocó que el mismo enojo en la mente de Bernardo comenzara a comérselo, a la vez que su exagerada obsesión por la perfección se apoderaba de su persona. Él era alguien que era incapaz de tolerar que algún individuo fuera infiel en una relación y a pesar de que eso empezó como un complejo de perfeccionista en un principio, esa misma obsesión creció aún más desde el día que Yuridia regresó; por ende, siempre que se topaba con una situación como esa, solía perder el control y dejaba que sus emociones lo apoderaran.
—Señor Galicia. —La voz de una señorita se escuchó no muy lejos de él y Bernardo se controló de prisa, pero su sonrisa se desvaneció al instante tan pronto como vio a «Anastasia». Elizabeth se le acercó en ese momento y alzó su copa para brindar por él—. Gracias por la ayuda que ustedes dos me proporcionaron aquella vez. ¿En dónde se encuentra el otro señor Galicia?
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