Capítulo 627 ¿Crees que nadie me quiere? 

La habitación privada se llenó de tanta tensión que hacía difícil respirar. Nadie pudo saber cuánto tiempo había pasado hasta que, por fin, un camarero abrió la puerta y entró para romper el silencio. Los dos ocultaron sus emociones y no hicieron un relajo en frente de desconocidos; no obstante, Elizabeth aún no sabía cómo dirigirse a Alexánder y corrió hacia afuera mientras que la puerta estaba abierta. Él tomó su chaqueta cuando la vio escapar y se apresuró para ir detrás de ella. —¡Elizabeth! ¡Elizabeth! —Ella se sintió obligada a detenerse a la entrada del hotel para poder respirar hondo—. ¿Te encuentras bien? —Se detuvo en frente de ella; el volumen de su voz era silencioso, las finas líneas que tenía como cejas estaban apretadas juntas y su sangre corría fría por sus venas.