Capítulo 1084 No puedo hacerlo
Paulo crujió los dientes y guardó silencio. Solo fingía que golpeaba a Jaime para que Gregorio pudiera sacar su ira. A pesar de que estaba furioso, nunca consideró el terminar con la vida de Jaime. La varilla de acero era letal, si la usaba para golpear la cabeza de Jaime, quedaría herido o incluso perdería la vida. Por esa razón, no pudo tomar el riesgo. Parecía que Gregorio le había leído la mente.
—Si prefieres dejar que tu hermana muera, te concederé tu deseo —dijo malhumorado.
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