Capítulo 437 Nadie te dijo que me disculparía
Antes de que amaneciera, el grupo llevó de regreso a la casa a Jacobo, quien estaba lleno de energía, y a César, quien estaba muerto de cansancio. Acababan de salir del carro cuando un hombre de aspecto serio y feroz, así como de estatura alta, se acercó a Alexánder desde la casa.
—Señor Galicia.
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