Capítulo 822 Su brazo se rompió
—Esta mañana. Usted fue el centro de atención el día de hoy, señorita Anaya. —Elizabeth señaló a modo de broma.
—Como si alguien quisiera serlo para algo como esto. Lo que pasa es que yo creo que debe de haber alguien que alce la voz por mi mejor amiga porque puede que el resto del mundo sea capaz de olvidarse de ella, pero yo no; ella estaría triste si no la llegara a recordar. —En su voz se escuchaba la enorme tristeza que cargaba en su interior y Elizabeth se sintió conmovida por sus palabras, pero no tenía la más mínima idea de cómo consolarla. En aquel entonces, ella no tenía más opción debido a las circunstancias y lo único que podía hacer era dejar que todos se olvidaran de su existencia para así asegurarse de que más personas estuvieran fuera de peligro; no obstante, la razón por la que ella no le podía decir la verdad a Irma era porque ella era como un libro abierto y si llegaba a contárselo, eso solo le iba a causar problemas a la familia Anaya o peor, les podía costar la vida.
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