—¿Me estás echando una mano? —Simón levantó la voz y se burló—: ¿No es lo mismo abortar al niño con drogas que abortar en el hospital? Lilia, por fin veo qué tipo de mujer eres. ¿Creías que perdonaría todo lo que has hecho solo porque te lo explicaste?
Apretó los puños.
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