Capítulo 500 El amor de un abuelo
En ese mismo momento, Hilda no podía hacer otra cosa que resignarse a su destino; Solo podía ser tan buena como el oro delante de Roberto. Al recordar el deliberado accidente de auto de aquella mañana, tuvo que admitir que, en aquel momento, fue demasiado impulsiva. Aunque había calculado en su mente que no pasaría nada grave, no tuvo en cuenta ningún posible percance. Si volviera a hacerlo, no habría sido tan impulsiva. Al fin y al cabo, si decidiera chocar su auto con el de Matías, tendría más problemas.
Como no quería que la llevaran al hospital, Hilda cooperó con el médico mientras este la examinaba bajo la dura mirada de Roberto. Sin embargo, su propia mirada hizo que el médico se sintiera nervioso durante el examen. La mirada de ella le producía bastante estrés, y probablemente el médico no esperaba encontrarse con una paciente así.
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