Capítulo 521 No te enamores de mí

Dado lo volubles y tercas que pueden ser las mujeres, los hombres nunca, por voluntad propia, jugarían contra ellas sin el preámbulo del cortejo. La traviesa y animada Hilda, que había jugado antes en la cancha de tenis se había ido y lo miraba con firmeza. Estaba claro que este era el fin de su salida al campo de tenis. Matías, por otra parte, solo había visto lo divertido que era este juego, cuando ella declaró con frivolidad que ya no quería jugar. Comprendiendo que ella tenía la última palabra para su cita de hoy, él no tuvo más opción que estar de acuerdo con su decisión de continuar su cita en otro lugar.