Capítulo 630 El cabecilla
En el asiento del pasajero delantero, las emociones de Eleonora no eran muy estables. Fue solo hasta que el automóvil fue conducido por una larga distancia que Hilda se dio cuenta de su peculiaridad.
Incapaz de entender las emociones de Eleonora, Hilda frunció el ceño. Al darse cuenta de que Hilda la estaba mirando, Eleonora decidió calmarse y esperaba que Hilda no detectara nada de su expresión.
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