Capítulo 134 Recuerda mis palabras: ¡ni siquiera será capaz de cruzar la puerta!
Aun así, esto no extinguió la ira en su corazón. Aunque Sebastián sabía que Sabina había exagerado los hechos adrede para manchar la reputación de Maira, después de pensarlo con detenimiento, se dio cuenta de que había algo sospechoso. Por no hablar de que, en aquel momento, Maira se había juntado con su nieto antes incluso de divorciarse de su exmarido.
Maira se quedó en silencio junto al anciano. Como el pescado que traía Sebastián era una carpa, había muchas espinas. Al ver que comía con cierta dificultad, Maira dudó y luego fue por un plato limpio y un juego de cubiertos.
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