Capítulo 502 Matías no es tan molesto
En un instante, el silencio volvió a la Residencia Leiva. Después de que Lucas se fuera, Roberto llevó a Hilda de nuevo al estudio, esa vez, con una mirada aún más fea. Sin saber cómo lo había disgustado de nuevo, Hilda lo miró con una expresión inocente.
—¡Estabas jugando! —le reprochó Roberto con enfado.
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