Capítulo 624 El hombre que roba a su nieta es imperdonable
Ya eran las tres de la madrugada cuando Matías llegó a su casa. Se había inventado numerosas excusas para quedarse en la Residencia Leiva, e Hilda sólo podía acceder a sus deseos ya que no quería molestar a los Leiva, después de todo, ya estaban profundamente dormidos. Sin embargo, cometió un error de cálculo, ya que Roberto la llamó a su estudio a primera hora de la mañana.
Hilda se había aseado la noche anterior y se había rociado con perfume, pero todavía había un ligero olor a alcohol en ella. La nariz de Roberto era muy sensible al olor, así que olió enseguida el alcohol en ella. Sin embargo, estaba completamente absorto en su dibujo, así que ni siquiera levantó la vista cuando la vio.
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