Capítulo 351 Ja, ja, nunca intimidaré a Maira
Al escuchar lo que dijo Estela, Sergio perdió al instante la calma y su rostro se ensombreció. Tras lanzarle una mirada a Antonio, este no tardó en detener el auto junto a la carretera. Sergio bajó del auto de inmediato para abrir la puerta del lado de Maira. Con un tono amable, le hizo una petición.
—Señorita Sierra, me gustaría hablar un rato con Estela, ¿podría sentarse un rato al lado de Antonio?
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