Capítulo 18 No vuelvas a buscarme
En una mansión situada en los suburbios al sur de la ciudad, las cortinas de terciopelo negro estaban abiertas de par en par para permitir que la luz de la luna entrara por las ventanas francesas. A través de los ventanales se podía ver de lejos el paisaje nocturno de Ciudad B, que parecía opulento y concurrido.
A Elsa le encantaba este lugar. Desde que Simón la trajo aquí una vez, siempre elegía reunirse en este lugar cada vez que se encontraban.
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