Capítulo 623 Resulta que Matías también puede ser muy infantil
Los dos permanecieron en esa postura, pues Matías se tomó el forcejeo de Hilda como si se hiciera el remolón. Si no fuera porque tenía que salvarle la cara a Matías delante de los demás, Hilda lo habría empujado directamente. Le susurró al oído: —Suéltame.
Tal movimiento era extremadamente sugerente a los ojos de todos los demás, pero sólo Matías sabía que Hilda estaba disgustada. Aunque todavía estaba un poco achispado, ya no se atrevía a actuar tan precipitadamente. Por eso, la soltó de mala gana. Esto era realmente algo insoportable, pues nadie estaría dispuesto a dejar ir a la belleza que tenía en sus brazos. Sin embargo, ya estaba contento con todo lo ocurrido hoy, pues había visto los cambios de Hilda con sus propios ojos.
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