Elías entró en el hospital. Se dirigió a la enfermería y preguntó por la habitación de la Señora Lagos. Luego se dirigió directo hacia ella. La puerta no estaba cerrada. Elías redujo la velocidad cuando casi llegaba a su habitación.
Vio a Marina a través del hueco de la puerta. Estaba ocupada cuidando de la Señora Lagos. Estaba alimentándola. Parecía haber perdido mucho peso y su cintura se había reducido. Después de que la Señora Lagos bebiera, se quedó a su lado hasta que se quedó dormida. Entonces se levantó y se pellizcó inconscientemente la frente. Solo los que lo habían intentado de verdad sabían lo agotador que era cuidar de un paciente.
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