Joel se dio la vuelta y salió del cuarto, azotando la puerta al hacerlo, Rocío continuó ahí, llorando sola.
Nunca se le ocurrió que Paulina haría algo como esto. De haberlo sabido de antemano, habría hecho algo para detenerla. No obstante, ahora que ya había pasado, Rocío solo podía esperar que Paulina huyera tan lejos como fuera posible.
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