Sandra miró fijamente la silueta de Elías, y una mirada cruel cruzó su rostro. Sabía que debía tener algo que ver con Marina. No la dejaría salirse con la suya tan fácil.
Como Elías quería que se fuera, ella no se aferraría a ese lugar. Ni siquiera podía soportar quedarse un momento más. Salió furiosa por la puerta con una mirada de mal humor. Empacó sus cosas y se fue sin un solo adiós.
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