Cuando Elías pensó en esto, no pudo evitar sentirse inquieto. Quería ir a vigilarla él mismo. Pero si lo hacía, Marina dudaría. Solo podía elegir otra alternativa: enviar a alguien a protegerla. De hecho, se demostró que era previsor. Marina estaba aturdida en el suelo. No recuperó el sentido durante mucho tiempo. ¿Por qué esa mujer se puso en peligro?
No la conocía en absoluto. Además, solo la ayudó porque no tenía dinero para comer.
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