Llegó demasiado tarde. El balcón estaba desierto y, para colmo de males, parecía que la persona que estaba allí se había marchado no hacía mucho. El aire seguía lleno de un tinte de humo de cigarrillo, dejando a Marina aturdida. Se rio de forma amarga en señal de burla, y se puso mucho más alerta.
¿Cómo podría Elías aceptar algo así? Aunque pudiera, seguro que Sandra Suárez se lo diría a sus padres. Ellos estaban insatisfechos con ella en primer lugar; si se enteraban de algo así, ¿cómo iban a seguir aprobando su relación con Elías?
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