Fabián permaneció en silencio cuando miró a Marina. Parecía un poco cansado. Marina se sintió incómoda por la forma en que Fabián la miraba. Repitió sus palabras:
—Sé que acepté tu propuesta. Es mi culpa romper mi promesa. Yo... —Marina sonrió con amargura—. Le debía demasiado a tu familia. Lo siento, Fabián. No quiero seguir siendo una carga para ti. Gracias por tu apoyo incondicional durante el último año. No sé cómo podré pagarte. Se lo dejaré claro a tus padres en otro momento. No debemos mentir más a sus espaldas...
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