Al oír la palabra «ahijada», los cuatro tuvieron una expresión diferente en sus caras. Cuando Marina volvió a sus sentidos, de manera subconsciente miró a Elías y descubrió que el rostro del hombre estaba en extremo sombrío.
Elías respetaba a Ana Quiñones como su madre y no quería avergonzarla en público, por lo que solo se sentó con una cara fría y sin decir una palabra. Entre todos, Catalina era la única que suspiró aliviada: «Entonces es su ahijada». Mirando lo guapa que era Marina, sería complicado si tuviera una relación sentimental con Elías. Los cuatro estaban contemplando en silencio sus propios pensamientos y la escena permaneció así por un tiempo.
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