Los dos salieron hasta altas horas de la noche y cuando Santi vio a Marina, la abrazó con fuerza y se negó a dejarla ir. Habían pasado dos días y Elías no había tenido la oportunidad de visitar a Marco. Aunque sabía que Queta estaría en el hospital para cuidar de este, seguía preocupado.
—Marina, hagamos una visita a Marco hoy —dijo Elías mientras cerraba el informe financiero que tenía en la mano.
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