Mientras todos se reían de la reacción de Santi, Zoila Yáñez, que estaba de pie junto a ellos, permanecía fría e indiferente. Hizo un esfuerzo por reírse con ellos, pero no pudo hacerlo. De hecho, apretaba el puño con tanta fuerza mientras miraba la sonrisa de Marina que incluso se rompió una uña por accidente. Las brasas de los celos ardían en su interior mientras una mirada de odio llenaba sus ojos.
Todos volvieron a sus habitaciones poco después. Marina estaba tumbada en su cama después de bañarse. «Todavía siento que me falta algo sin Elías cerca...». Se giró hacia el lado en el que él dormía por lo general y cerró los ojos. Mientras se quedaba dormida, sintió un ligero dolor en el estómago. No lo notó al principio, pero el dolor se hizo cada vez más intenso. Con una mano en la barriga, se levantó enseguida y encendió las luces.
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