Capítulo 326 El horroroso rostro en el espejo
Maira no tenía ni idea de qué había querido decir Elsa con eso de «no puedes obligarme a irme de Ciudad B», pero cada vez estaba más molesta con las ridículas payasadas de la mujer.
Mientras giraba sobre sus talones para marcharse, señaló en tono cortante:
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