Capítulo 234 La amenaza
Al llegar a Grupo Chávez, Lilia se apresuró a ingresar al edificio; esa tarde, la mayoría de los miembros del personal habían regresado a casa, por lo que el eco de sus pisadas al caminar resonó de manera estruendosa en el vestíbulo casi vacío. Tras solo un momento, el guardia de seguridad la reconoció y se apresuró a decir en tono gentil:
—Señorita Figueroa, el Presidente Chávez acaba debe estar en su oficina, pues su auto se detuvo justo antes de que usted llegara.
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