Capítulo 189 ¿Viene también a ver al Presidente Hernández?

Poco después, el auto llegó a una pequeña zona residencial y se detuvo frente a una mansión ubicada en lo más alejado de la zona. No era muy grande, pero era preciosa. En su interior había un pequeño jardín; desde el balcón del segundo piso también bajaban varias flores y plantas. Había baldosas blancas, paredes de ladrillo rojo, vallas de madera e incluso un pequeño estanque dentro del jardín. Junto al estanque había un cerezo que daba a todo el jardín una sensación idílica. En el exterior había un vigilante, que cuando vio el auto, se acercó en seguida para tomar las llaves y abrió la puerta de la cochera en el primer piso. Al devolver las llaves, escuchó la voz indiferente de Antonio diciendo: