El repentino cambio de emociones, el haberse saltado la cena y la gran ansiedad por la que pasó toda la noche, habían provocado un desgaste en su cuerpo. Ya no se preocupó cuando supo que Tatiana estaba bien. Pero en cuanto se relajó, ya no le quedaban fuerzas en el cuerpo. Se tambaleó, se balanceó y cayó al suelo.
—¡Marina! —Fabián vio como Marina caía. Su corazón dio un vuelco. De prisa se apresuró a salvarla de la caída—. Marina, ¿qué pasa?
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