Aquella noche, Queta durmió fatal. Aunque había puesto una fachada valiente en el trabajo y pretendía ignorar los rumores y chismes que la rodeaban, ¿cómo podía cerrar los ojos por completo cuando todo el mundo la hacía pasar por una persona tan horrible?
Además, el día del alta de Marco estaba a la vuelta de la esquina y por desgracia, la propia Queta tendría que permanecer en el hospital durante mucho tiempo.
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