Marina no rechazó sus avances. Su cuerpo se relajó y se inclinó en su abrazo, devolviéndole el beso con torpeza.
Elías se sintió excitado por su reciprocidad y empezó a chuparle los labios. Empezó a profundizar en el beso y metió su lengua en la boca de Marina, casi tragándosela entera. Su intimidad elevó la temperatura de la habitación, hasta el punto de que una sola chispa podría provocar una explosión.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread