El pasto de la zona era más alto que las personas, por lo que la ocultaba perfecto. Se acercó lento por detrás de la gigantesca higuera. Cada vez más cerca. Entre el pasto, pudo ver a alguien debajo del árbol. Alguien que tenía una silueta esbelta y erguida. Era una figura conocida. Se le salieron las lágrimas y se mordió el labio, fijando su mirada en esa figura. Era Elías.
Elías sintió una mirada sobre él y giró la cabeza, examinando la zona como un halcón.
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