Finalmente llegando a casa después de un largo día, Sandra pasó su equipaje a la criada antes de arrastrar su cuerpo exhausto hacia la sala de estar. Su mamá ya la estaba esperando allí con una gran sonrisa plasmada en su rostro. Inmediatamente se acercó a su hija y le preguntó:
—Sandra, ¿cómo estuvo? ¿Hiciste algún avance con Elías? ¿Dónde está ahora? ¿No te envió de regreso?
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