No era una esposa competente. No solo olvidó el cumpleaños de Fabián, sino que incluso fue él quien organizó la celebración en el restaurante. La gran decoración parecía ser para celebrar el cumpleaños de ella. Fabián miró la cara de sorpresa de Marina. De pronto, una sonrisa apareció en su rostro. Había un brillo en sus ojos mientras hablaba.
—Hay una cosa que quiero.
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