Con un rápido movimiento, Melanie tomó la taza de café de la mesilla y la arrojó con fuerza al suelo, haciendo que los fragmentos de cristal se esparcieran por toda la habitación. Karina entró en la habitación con una sonrisa misteriosa en la cara. Parecía que el destino estaba de su parte. La oposición de Melanie a Bailey desviaría su atención.
Desde muy joven, Melanie comprendió la importancia de completar cualquier tarea que empezara. Aunque Silvestre parecía haberse desprendido de Rainie y no tenía intención de molestarla más, las emociones eran impredecibles. Quizá algún día se encuentren por la calle y reaviven su antigua llama. Para evitar cualquier problema imprevisto, lo mejor era abordar la cuestión desde el principio.
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