La expresión de Bailey se oscureció al escuchar eso. «¿Acaso este cabrón me está amenazando en este momento? ¡el líder de la sucursal de Archulea fue mi mejor amigo cuando vivía en el extranjero y quien me orientó hacia el diseño de moda!» se dijo ella, furiosa.
—Estoy segura de que me está gastando una broma, señor Luther. He sido yo quien ha roto el contrato de manera unilateral; por ello, si alguien debe perder su puesto de trabajo, ésa debo ser yo, la diseñadora jefe de Archulea. ¿Qué tiene que ver Xavier en esto? Siempre ha desempeñado su trabajo con minuciosidad e integridad, y a lo largo de los años ha allanado el camino en Archulea para que el Grupo Luther cuente con su propia marca de moda. ¿Acaso no teme desairar a sus cientos de miles de empleados al despedirle de manera tan injusta?
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