Bailey frunció el ceño cuando Susan dijo eso.
«En efecto, hace cuatro años diseñé un elegante vestido de corte limpio y puro. Tomó a todo el mundo por sorpresa y se hizo tan popular que fue alabado por las diez socialités más aclamadas. Creían que era una joya del diseño, y que ningún otro podría superarlo. Ese vestido fue el que me hizo ser nominada como candidata a La Gran semana de la Moda, y que me valió la victoria en ella. Pero acabé durmiendo en casa durante la entrega de premios...» recordó ella con algo de nostalgia.
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