—El sueño de Bailey siempre ha sido entrar a formar parte de una familia poderosa, y dio la casualidad de que Edmund se interesó por ella. No había forma de que ella perdiera una oportunidad tan buena. Mamá y yo le tendimos esa trampa para arruinar su plan, pero no esperaba que fuera tan malvada. No puedo creer que ella... me haya drogado y... —sollozó Rhonda.
Clarence envolvió a su hija en sus brazos y le acarició el pelo.
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