Wilfred examinó el frasco de medicina que tenía en la mano, emitiendo una ligera tos.
—Tengo curiosidad, Señor Luther —empezó Wilfred, —para un hombre capaz como tú, ocuparse de esa espantosa mujer de mi familia sería tan sencillo como levantar un dedo. No entiendo por qué elegiste una estrategia tan indirecta, salvándome trabajosamente, sólo para utilizarme como herramienta para eliminarla.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread