Artemis no pudo evitar esbozar una sonrisa amarga. Aunque quisiera ocultarlo, era muy probable que no pudiera porque esta mujer era verdaderamente brillante.
—En efecto, en Zaewora ha surgido un grupo masivo de tráfico de armas. La policía internacional está dispuesta a desmantelarlo, pero carece de fuerzas y quiere que yo intervenga para erradicar esta fuerza.— Al oír esto, las elegantes cejas de Bailey se fruncieron con fuerza.
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