Steven cerró los puños con fuerza y en sus ojos brilló una mirada asesina. Se sentía un completo inútil, pues no había sido capaz de proteger a Bailey de las agresiones de Zoey, y ya ni siquiera podía buscar justicia para ella. Sin embargo, sabía que si enviaba a su hija adoptiva a la cárcel, lo más posible es que Sofie se la cobrase con Bailey, y ya había sufrido demasiado; si podía evitarlo, no quería más dolor para ella.
—Organiza una rueda de prensa. Anunciemos al público que Bailey es la hija legítima de la familia Shurmer para que nadie vuelva a llamarla «hija ilegítima» o algo peor.
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