«¡Maldita sea!» se dijo para sus adentros. Zoey acababa de admitir que instigó a Shirley para que atacase a Bailey, y que había estado intentando sabotear la relación madre - hija entre la verdadera heredera de los Shurmer y Waverly. Si lo hubiera negado hasta el final, la familia Shurmer no habría podido hacerle nada; sin embargo, cayó de lleno en la trampa de Shirley y ya no podía desdecirse.
—Una arpía como tú se merece tácticas a su altura. Sé muy bien que no tenías idea de que el niño que crecía en mi vientre no era de Zeke, porque si no, no me habrías animado a abortar para inculpar a Bailey y así cortar cualquier posibilidad de que volviese a la familia Shurmer. Como bien has dicho, te he tendido una trampa y has caído de lleno en ella —exclamó Shirley, triunfante.
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