Gwendolyn y Yoel guardaron silencio y desviaron la mirada. No culpaban a nadie ni tenían resentimiento en sus corazones, pero la pareja seguía incómoda. Estaban molestos y tristes, y ambos sentimientos necesitan un tiempo para disiparse. En ese momento, la puerta de la UCI se abrió y Justin salió; en cuanto Gwendolyn lo vio, salió corriendo hacia él.
―¿Cómo está? ¿Cómo está Edmund ahora? ¿Has podido salvarle? —preguntó en tono ansioso.
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