Al notar cuánto la alteraba el tema, Lionel la tomó de la mano y se la apretó con gesto tranquilizador.
—Los puntos que te dieron en la herida aún están tiernos, de modo que no debes hacer demasiada fuerza con la mano o se desharán, y eso sólo agravará tu lesión. Si tu mano no se recupera, puede que te quede alguna secuela, ¡y entonces ya será demasiado tarde para lamentarse! —la reprendió él con voz suave.
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