Mientras tanto, Artemis inspeccionó todo el hotel, pero no fue capaz de encontrar nada. «Eh, esto es muy extraño… Mi familia se encargó de todo para esta boda, y los niveles de seguridad son bastante buenos. No hay manera en que alguien lo haya podido sabotear sin dejar rastro, y sin embargo mis investigaciones no han tenido ningún resultado. Quienquiera que fuese ha debido tener mucha habilidad si ha logrado salirse con la suya» pensó él, algo perplejo.
Después de que se cancelara la boda, Clarence y Beatrice se llevaron a Rhonda de vuelta a la mansión Jefferson. Como si se hubiera quedado sin alma, permaneció sentada en el borde de su cama mirando la pantalla de televisión LCD en la pared con una expresión ausente en los ojos. Beatrice suspiró cuando vio el estado en el que se encontraba Rhonda.
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