En el salón de la casa principal de la Familia Lockett, Cassandra tiró el teléfono a un lado después de la llamada con su hijo, luego, barrió todos los adornos de la mesita baja al suelo, dejando todo el salón en desorden.
«La verdad es que la tal Valerie no es tan mala como yo pensaba, pero llevo años enemistada con ella. ¿No estaría retrocediendo si la aceptara? Además, el precio que tendría que pagar al hacerlo sería admitir que fui yo quien orquestó esos rumores escandalosos de que se acostaba con cualquiera. ¿Cómo voy a hacerlo? Dejando a un lado el daño que el escándalo haría a mi reputación, la Familia Lockett por sí sola no sería capaz de tolerar a una matriarca tan deshonrosa».
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