—Bueno, déjame ver. Hoy tenemos un acontecimiento alegre. Sospecho que pronto me convertiré en tía.
Caridee dio un fuerte pisotón, pero la acción agravó su herida, causándole tanto dolor que casi se desplomó en el suelo. El ama de llaves que estaba a su lado la sostuvo rápido, ahogando una carcajada. Caridee no pudo soportar la vergüenza y replicó con la cabeza alta:
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