La sonrisa de Bailey desapareció lentamente. Aunque tenía una forma de salvar a Veikko, se sintió profundamente preocupada cuando supo que seguía atormentado por las pesadillas de su pasado. El calvario de aquella noche fue extremadamente brutal. Si hubiera sido una persona corriente, quizás habría perdido la cordura hace mucho tiempo.
A pesar de la capacidad de Veikko para soportarlo, aquella experiencia se había convertido en su trauma, algo que no se atrevía a abordar a la ligera.
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