Tras salir del salón de té, Bailey se dispuso a volver a su habitación de invitados para continuar la siesta.
Justo cuando volvía a la sala de estar principal, Sammy se acercó con el teléfono en la mano. —Señora Bailey, su teléfono ha sonado varias veces. El Señor Luther me ha pedido que se lo traiga.
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