Tras terminar su discurso, recogió el brocado rojo que cubría su pierna y lo agitó delante de él.
—Mira, he bordado mi vestido de novia con mis propias manos, esperando ansiosamente en mi tocador a que la persona que amo venga a casarse conmigo. Eres inteligente, de mente abierta, joven y llena de promesas. Te espera un futuro brillante. Yo sólo soy una pequeña parte del vasto mar de la vida. Por favor, no arriesgues tu preciosa vida por mí.
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