Holden estaba sentado al lado de la cama mirando a la mujer tumbada en la cama.
Después de pasar tiempo con Wendy durante los últimos días, se dio cuenta de algo que tenía que haber sabido ya. Con las mujeres no se tontea. Lidiar con ellas era mucho más complicado que hacerle frente a una lluvia de balas.
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